En la ciudad de Antakya, en Turquía, cientos de globos de color rojo sobresalen de los escombros de lo que alguna vez fueron edificios residenciales. Los globos están amarrados a los fierros, vigas y pedazos de concreto en los lugares donde se han encontrado cuerpos de niños que murieron en el terremoto que azotó Turquía y Siria el pasado 6 de febrero.

Ogun Sever Okur, un fotógrafo turco y creador de la iniciativa, se ofreció como voluntario para rescatar personas en los días que siguieron al terremoto. Ocho días después, empezó a atar los globos en las ruinas de Antakya.